Cuando yo tenía siete años, leí por primera vez un libro magnífico que se titulaba «El principito», en el que se narraba la historia de un pequeño ser, rubio como el trigo, sensible, sabio, compasivo y tierno como solo los niños saben serlo.
Además, trataba acerca de valores y virtudes que a mí me habían inculcado desde pequeña, tales como el respeto, la amistad, la valentía o la bondad, entre otros.
Algo que también me fascinaba eran las ilustraciones del autor, Antoine de Saint-Exupéry, a modo de apoyo visual explicando la historia porque, cuando yo era niña, me encantaba hacer dibujitos (…).
Así comienza «Pequeños anfitriones».
Para saber cómo sigue y cómo conocí al principito… ¡compradlo y leedlo ya!